Para mí la fotografía es una manera de conectar con las personas y a través de ellas, entender mejor el mundo.

Hay un aspecto de la fotografía que es técnico y activo: la correcta exposición de la luz, encuadrar, apretar el disparador en el momento justo…  Pero la fotografía también tiene una perspectiva fortuita y pasiva:  esperar atentamente a que las personas fotografiadas –o el Universo– te regalen la foto.  No depende ya de la técnica, ni de lo bueno que sea el fotógrafo.  El fotógrafo es un mero instrumento:  está plenamente consciente para captar ese instante entregado.  Es como dice el poeta sufí Hafez (ca. 1325-1390) en su poema:

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“Sé el agujero de la flauta por el que se mueve el aliento del Universo/Dios.  Escucha su música.”