El río Ganges, para la religión hindú, es considerado sagrado en todo su recorrido, pero especialmente en Varanasi, India. Según la mitología hindú, el río es el nectar de los dioses que cae —por los rizos del dios Shiva— en el Himalaya, en el sagrado monte Kailash (Tibet). Es la conexión entre la tierra y el cielo para los hindúes. Al bañarse en sus aguas los pecados son perdonados. También supone un camino de retorno a los dioses. Por ello, las cenizas de los cuerpos incinerados son arrojados al Ganges.