De acuerdo con la tradición hindú nepalí, cuando una persona muere, su cuerpo es incinerado completamente y las cenizas se arrojan al río, –al que se alude como una madre– de donde procede la vida. El cuerpo es considerado un instrumento donde habita el alma y su cremación facilita el desapego del alma para el tránsito a su siguiente destino. Estas fotos corresponden a la cremación de Narayan. Su sobrino, Ashesh Pandey, me dio permiso para fotografiar todo el proceso.